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03 Julio 2019

Descubre los beneficios de la carne a la parrilla

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En verano, las reuniones con amigos o familiares son un auténtico placer y más aún si acompañamos nuestras quedadas con una barbacoa o parrillada donde la carne sea la protagonista. Una de las mejores elecciones para una comida en el jardín, una tarde de piscina o un día de campo. Si te gusta comer la carne a la parrilla o a la brasa, además de ser más saludable, es sinónimo de sabor. Y no sólo la carne, también puedes acompañar el plato principal con unas verduras para completar un menú más que saludable. A la hora de cocinar, cocemos lentamente los alimentos al calor del fuego o de las brasas, proporcionando un sinfín de beneficios para nuestro organismo gracias a esta técnica que se remonta a los inicios de la civilización.


Beneficios de comer carne a la parrilla

La carne es más ligera: Ya que se cocina con su misma grasa natural sin necesidad de añadirle aceite es mucho más sano que otro tipo de preparaciones. Además, la manteca o restos se eliminan por lo que resulta menos calórica y conserva mejor todos sus nutrientes.

El sabor: No pensemos que la carne a la parrilla o a la brasa pierde su sabor, es más, lo potencia sin necesidad de condimentar con salsas u otras especias, deleitando al paladar con su exquisito sabor.

Saludable: Los alimentos cocinados a la parrilla son más saludables ya que la grasa cae y no se queda alrededor de la pieza. De este modo queda más limpia. Además, casi no pierde vitaminas y minerales.

Jugosidad: Al cocerse en su propia grasa, no pierde la humedad y queda más jugosa, siempre y cuando no la quememos, ya que quedaría seca y perdería su textura. Algunas de las sustancias producidas serían perjudiciales para nuestro organismo. Así que recuerda siempre una cocción lenta para evitarlo.


El arte de cocinar la carne a la brasa

Lo más recomendable cuando nos pongamos a asar en la parrilla es que esta no esté demasiado cerca del fuego, ya que la carne se hará por fuera y no estará cocinada por dentro. Un truco es realizar varios cortes en la pieza y procurar que no sea demasiado gruesa, y por supuesto, paciencia. Hay que darle tiempo a la cocina para que la carne se haga lentamente y esté en su punto.